viernes, 25 de noviembre de 2016

ESTA JUVENTUD

El siguiente texto se encuentra publicado y fue escrito para la sección "Blog" de la página del Consejo de Educación Secundaria (CES) en el siguiente link:

http://www.ces.edu.uy/index.php/blog


¿Por qué cuesta tanto eludir charcos un día de lluvia? ¿Por qué el agua se empecina en juntarse justamente donde yo tengo que poner el pie? ¿Por qué no se usar un paraguas? ¿Será una actitud aprendida esa de sostener el artefacto parejo sin que se de vuelta y caminar?
Porque de verdad que hay gente que lo lleva con tanta elegancia, camina tan fluidamente con el bendito complemento y yo ni siquiera sé como agarrarlo, no sé cómo hacer para eludir el árbol, a la vecina que camina en sentido opuesto, el charco y no caerme de la vereda, me corro hacia la derecha para dejarle lugar, tuerzo el paraguas hacia el mismo lado dejándolo casi de costado, paralelo a mi cabeza, miro a la señora como diciéndole "pase, adelante doña", doy un paso chiquito hacia adelante y siento el típico ruido de chapoteo, miro, toda la parte baja de mi pantalón mojada, ¿por qué no le hice un dobladillo al pantalón? ¿Por qué no me puse un cinturón para evitar que la prenda descienda mientras camino? ¿Por qué tengo que salir con un día de lluvia y no me puedo quedar mirando series y tomando café como si no hubiera nada más para hacer? Ah, claro, por eso, porque soy un ser humano con responsabilidades..

¿Por qué sigo pensando cosas y hablando sola sobre mi incapacidad para utilizar elementos comunes a cualquier persona? No es tan complicado Paula, es ponerse un cinturón, abrocharlo en la medida justa (no muy suelto o muy apretado como soles usarlo), no es tan difícil agarrar un paraguas, es ponerlo cubriendo tu existencia pero dejándote ver para adelante. ¡No es mi culpa! es el paraguas que se empeña en darse vuelta, romperse, hacerme fuerza, no sé, no me quiere, ¡lo juro!.
Y llego, así como quien no quiere la cosa ya estoy en el ómnibus con mi mejor mal humor posible. ¿Qué más me voy a encontrar? Porque ahora no tengo nada para martirizarme la mente ni para seguir hablando sola, pero por suerte Montevideo siempre te da algún personaje y esta no es la excepción, a mi lado dos personas discuten de la noticia del momento, algún nuevo reclamo sobre cómo está la educación, cómo están las nuevas generaciones, esta juventud que está perdida y que violento que está todo, todas esas cuestiones ¿Por qué esa competencia inter-generacional? ¿Por qué el pensamiento popular es que la culpa de todos los problemas sociales son de las nuevas generaciones? Digo, ¿será que toda persona menor de treinta años salió por generación espontánea y se educó y crió sin ayuda de nadie? Porque ta, entiendo, no me se poner un cinturón, no sé usar un paraguas y nunca pude dejar de tenerle miedo a una hornalla, lo asumo pero ¿seré tan rara por pensar que todo esto viene gestándose de antes? ¿Será tan errado mi pensamiento de que hay un montón de jóvenes haciendo cosas increíbles todos los días? ¿Será muy de pensamiento de conspiraciones creer que nos venden una realidad negativa casi alterna sin mostrarnos todo lo que está bien? Pero ¿cómo podemos cambiarlo? ¿Cómo hacer que la gente se interese si lo bueno, lo que está bien, lo que suma no vende? ¿Por qué no vende? Porque si, señora que está comentando de actualidad en el ómnibus, hay un montón de gente ahí afuera educando con pasión, hay un montón de gente ahí afuera recibiendo con pasión, hay un montón de gente ahí afuera poniendo su granito de arena para que las cosas funcionen bien, para que las cosas valgan la pena, hay un montón de gente moviéndose, creando, motivando y gestando futuro. ¿Por qué no le digo todo esto a la señora? ¿Por qué la dejo esparcir ese pensamiento pesimista? ¿Por qué sigo hablando sola? ¿Por qué nos cuesta tanto admitir todo lo que hacemos bien? Y me bajo, la miro con desgana, con una cara que a mi entender dice "señora, está equivocada, salga de esa burbuja mediática en la que se metió" aunque veo difícil que una cara diga eso, prefiero convencerme para no sentirme tan mal conmigo misma. Y me bajo, sí, me vuelvo a enfrentar a la lluvia, al pantalón caído, al paraguas mal portado y a mojarme mientras camino pero convencida y segura de que voy a encontrar más gente que me demuestre que la señora se equivoca, que voy a ver más gente poniendo su granito de arena, haciendo su pequeño cambio para que las cosas estén mejor, para que las cosas valgan la pena.

Y no, esto no se basa en hechos reales pero si, no se usar un paraguas, no se usar un cinturón sin abrocharlo muy flojo, o muy apretado y que me duela, le tengo miedo a las hornallas y también creo que hay demasiadas cosas buenas ahí esperando ser reconocidas e ignoradas por todos, se que me crucé con muchísima gente con ganas, teniendo proyectos, buscando proyectos, generando ideas y haciendo que todo valga la pena, convenciéndome cada vez más de que nada es cómo nos lo quieren vender, que ni esta juventud ni ninguna está perdida, que esta generación si quiere, que tiene ganas, que tiene ideas y que se mueve, así que ¿qué hacemos?